Lentes De Contacto
¿Puedo esquiar (y practicar deporte) con las lentillas puestas?
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¡Por supuesto que sí! Uno de los grandes beneficios que ofrecen las lentillas actuales es la libertad que te aportan para hacer prácticamente todo lo que quieras. ¿Quieres deslizarte por una ladera nevada? ¿O participar en algún deporte? Las lentillas te ofrecen una libertad con la que las personas que llevan gafas ni siquiera pueden soñar.
Lentillas en la montaña
Si te gustan los deportes de invierno, ya sabrás que las gafas tienden a empañarse y te dejan en medio de una nebulosa. Puedes usar toallitas antivaho, pero seguirás llevando un accesorio incómodo, susceptible de caerse, dañarse u oscurecer tu visión periférica.
Llevar gafas graduadas bajo unas gafas de nieve es incómodo y queda raro y, además, se te pueden romper justo cuando más las necesitas. En cambio, las lentillas te ofrecen una visión completa y nítida y no se te resbalan por la nariz, te distorsionan la visión ni se te llenan de regueros de gotas cuando llueve.
Si te interesa aprovechar estos beneficios usando lentes de contacto para esquiar, practicar snowboard o patinar sobre hielo, asegúrate de ponerte encima unas gafas de sol o gafas de esquí con filtro UV. Todo el mundo, tanto los que usan lentillas como los que no, debería utilizar gafas de sol en la montaña, ya que mitigan la potente intensidad cegadora de la luz solar y (lo que es más importante) protegen los ojos de la dañina luz ultravioleta (UV).
La protección es lo primero
Los rayos UV pueden llegar a tus ojos incluso aunque no haga sol. La nieve refleja estos dañinos rayos en tu rostro, con un efecto similar a tomar el sol a 40 °C... ¡sin protección solar! Los rayos UV pueden dañar los ojos y provocar fotoqueratitis, una enfermedad que quema y daña la córnea. Y puedes estar seguro de que no disfrutarás de las consecuencias.
Entre sus efectos se incluyen dolor e incomodidad, hinchazón, sensibilidad a la luz, dolor de cabeza, visión borrosa, colores distorsionados e incluso una pérdida temporal de la visión.
Si notas alguno de estos síntomas, por supuesto nuestro consejo es que dejes de llevar las lentillas, pero no las gafas de sol. Y acude a ver a tu profesional de la visión lo antes posible. Es probable que tus ojos se curen enseguida, pero son demasiado importantes para no ir a que te los examinen.
Uso de lentillas con frío y a altas altitudes
Las lentillas funcionan en cualquier altitud. Ya en 1975, gracias a una tecnología de lentes de contacto que ha mejorado muchísimo desde entonces, hubo escaladores que ascendieron el Everest llevando lentillas a más de 7315 metros de altura.
Ahora bien, tus lentillas pueden resecarse cuando hace frío (tal como hacen cuando está puesta la calefacción. La clave es mantenerlas siempre hidratadas. Tu primer recurso es siempre pestañear. El segundo es usar un colirio compatible con tus lentillas (consulta con tu profesional de la visión cuáles están indicados). Si es posible, échate unas gotas en los ojos en un entorno limpio y cálido, como una cabaña, un chalé o una cafetería, en lugar de en la pista de esquí o en el telesilla, por si volver a tu alojamiento no es posible. La tercera opción es cambiarte las lentillas por las gafas si persiste la sequedad.
Aunque las lentes de contacto no se congelan nunca, a temperaturas muy bajas la solución sí podría congelarse. Plantéate guardar tu kit (el estuche de las lentillas con la lentes de contacto, la solución y/o tus provisiones de lentillas desechables diarias) en un lugar caliente, como puede ser dentro del saco de dormir, si acampas al aire libre en condiciones extremas.
Puedes usar lentillas de reemplazo mensual para esquiar, pero las lentillas desechables diarias están especialmente recomendadas para la práctica de deportes de invierno, porque es poco probable que tengas acceso a instalaciones cómodas para limpiar o ponerte tus lentillas de reemplazo mensual en condiciones, cosa que sin duda resulta más difícil con los dedos congelados... Si utilizas lentillas de reemplazo mensual y tienes previsto hacer una escapada para esquiar o ir de vacaciones a un lugar frío, un movimiento inteligente es pedirle a tu profesional de la visión que te recomiende unas lentillas desechables diarias para usarlas temporalmente.
Lentillas para (otros) deportes
Además de para los deportes de invierno, también es muy cómodo usar lentillas para ir al gimnasio, correr al aire libre e incluso para practicar deportes de contacto como el fútbol y el rugby. Son ideales en la cancha de tenis o squash, y tanto los ciclistas como los jinetes encuentran que son mucho más fáciles de combinar con los cascos de protección que las gafas.
Esto las convierte asimismo en una opción excelente para la práctica de actividades extremas, como el parapente o la escalada. ¿Qué necesidad hay de andar trasteando con la gafas graduadas mientras se cuelga de un peñasco o se colocan bien las cuerdas?
Ahora bien, en algunas actividades al aire libre, es buena idea llevar gafas de sol o gafas de protección encima de las lentillas, para impedir que se nos metan en los ojos bichitos y motas de suciedad y polvo. Puedes llevar las soluciones específicas sin graduación estándar a la venta y disfrutar de una visión perfecta.
¿Y qué hay de los deportes acuáticos? Lee nuestro artículo sobre la natación con lentillas para entender las oportunidades y las limitaciones de usar lentillas en el agua, y habla con tu profesional de la visión acerca de las opciones a largo plazo más seguras para ti.
Sé responsable para ser libre
Al margen del deporte que practiques y de lo liberadoras que te resulten las lentillas, planifica con antelación cómo usarlas y sigue unas pautas sensatas. Si utilizas lentillas desechables diarias, lleva siempre encima un paquete de repuesto (¡y un espejito!). Si usas lentillas de reemplazo mensual, es conveniente llevar unas de repuesto y la solución de limpieza y el estuche siempre encima, preferiblemente cerca del cuerpo para que no se congelen si hace frío o se sobrecalienten si hace calor.
Si decides que las lentillas no se adaptan a tus ojos o tus preferencias, otra opción es usar unas gafas de esquí graduadas (o incluso someterte a cirugía láser).
Hagas lo que hagas, sigue siempre unas buenas pautas. No te pongas unas lentillas sucias en los ojos (límpialas y desinféctalas antes) y asegúrate de quitártelas antes de ducharte.
Si sigues este sencillo consejo, podrás practicar un montón de actividades... gracias a las maravillas de ese invento asombroso que son las lentillas.
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