Salud de la visión
¿A qué edad puedo empezar a usar lentillas?
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No suele haber ninguna razón por la que un niño -o cualquiera mayor de 7 años- no pueda beneficiarse de las ventajas de usar lentillas.
Si eres adolescente (o padre de un adolescente), las lentillas podrían cambiar tu seguridad en ti mismo, tu visión y, en general, tu vida. Podrían ser la respuesta perfecta a tus necesidades de corrección de la visión, aunque también podrían ser todo lo contrario.
La idoneidad para usar lentillas depende de muchos factores, incluyendo las habilidades y la personalidad de cada persona, más allá de la naturaleza de sus ojos.
Niños y adolescentes
Los niños pequeños pueden no estar preparados o no ser capaces de ponerse y quitarse las lentillas por sí mismos. Y es comprensible que solo quieran que sus padres les toquen los ojos.
Este tipo de preocupación explica por qué aunque uno de cada tres niños y adultos jóvenes necesita algún tipo de corrección de la visión, solo 1 de cada 12 utiliza lentillas. Y quienes sí usan lentes de contacto acostumbran a empezar a hacerlo en torno a los 13 años.
Pero es interesante señalar que incluso niños más pequeños no tienen problema alguno en usar, manipular o cuidar de sus lentes de contacto. Los estudios demuestran que son tan capaces de hacerlo como las personas mayores, en términos de cuidado y mantenimiento. Los niños aprenden rápido y llevar lentillas puede tener infinidad de ventajas para ellos.
La infancia es una etapa de la vida donde suele haber peleíllas y riñas. A medida que los niños van cogiendo seguridad, no tener que preocuparse de su vista o de llevar gafas puede ser un gran valor añadido. En lugar de perder las gafas o de que se le rompan, o de no ponérselas y acabar viendo mal, un niño que utiliza lentillas puede participar con normalidad en cualquier deporte o actividad, salvo la natación, y disfrutar de un campo de visión completo en lugar de la limitada visión periférica que ofrecen las gafas.
La aceptación social y la autoestima también pueden mejorar significativamente debido a que las lentillas permiten lucir una imagen más natural que las gafas. Es más: las lentillas ofrecen todo un panorama de nuevas oportunidades a los adolescentes, desde la posibilidad de ponerse maquillaje a la de llevar lentillas de colores o usar gafas de sol.
¡Las lentillas molan!
La salud ocular
Disfrutar de una corrección de la visión a tiempo completo es importante; de ahí que saber que el niño lleva las lentillas puestas todo el día puede aliviar nuestras preocupaciones con respecto al estrabismo, el astigmatismo y los ojos vagos.
Además, existen tipos de lentillas que ralentizan el avance de la miopía (la pérdida de visión de lejos), como unas lentillas especiales que se llevan por la noche y modifican la forma de la córnea.
Entonces ¿eso es un sí o un no?
Depende. Habla con tu profesional de la visión. Si os ponéis de acuerdo en que el niño es lo bastante maduro y capaz de limpiar, cuidar y manipular sus lentillas por sí mismo, es un sí. Los niños y los adolescentes tienen tanto derecho a experimentar los beneficios de las lentes de contacto como cualquiera, ya se trate de lentillas desechables diarias, de unas mensuales más sólidas o de unas lentes rígidas.
Insiste siempre en lo importante que es seguir las recomendaciones para hacer un uso saludable de las lentillas. Sobre todo, debes recalcar que hay que limpiar bien las lentillas y llevarlas y sustituirlas según las indicaciones, y siempre respetando las pautas de mantenimiento. Es un pequeño precio a pagar a cambio de disfrutar de los beneficios de las lentillas.
En cambio, si un adolescente sin problemas de visión simplemente quiere comprar un par de lentillas de color online por motivos meramente estéticos, entonces la respuesta podría ser «no», «aún no» o «no sin consultar primero a un profesional de la visión cualificado». Y es fundamental que el adolescente se comprometa a llevar las lentillas de manera responsable. Si crees que todo lo anterior se cumple, entonces quizá la mejor opción sean unas lentillas desechables de uso diario.
¿Y qué hay de las personas mayores?
La mayoría de las personas mayores que necesitan corregir la visión recurren a unas gafas. Suelen dar por sentado que las lentillas son para los jóvenes. A las personas de la tercera edad tal vez les sorprenda descubrir que, aunque sus ojos se hayan podido deteriorar con la edad, existen tipos de lentillas para prácticamente todos los defectos que existen. De hecho, las lentillas multifocales las pueden usar mayores de 40 años.
Muchos de esos defectos pueden ser específicos y estar presentes desde el nacimiento o la juventud. Otros, en cambio, pueden estar relacionados con la edad. Por ejemplo, a partir de los cuarenta años, el cristalino de los ojos pierde elasticidad, un fenómeno habitual conocido como presbicia o vista cansada y que puede corregirse con unas lentillas multifocales. Los ojos resecos y la pérdida paulatina de agudeza visual también pueden ser trastornos habituales del envejecimiento, los cuales se pueden agravar con la sensibilidad a la luz y de los ojos. Una vez más, la mayoría de todos estos problemas pueden solucionarse con unas lentillas.
Por supuesto, una persona mayor puede tener problemas de coordinación. Si le tiembla el pulso, puede resultarle difícil sostener las lentillas quietas o equilibradas mientras se las coloca. Además, con manos temblorosas también se corre el riesgo de hacerse un arañazo en el ojo al quitarse las lentillas. Cuando se sugiere usar lentillas con fines terapéuticos, encontrar a alguien que ayude a ponérselas y quitárselas puede suponer la diferencia entre una opción maravillosa y dar un paso de más.
Aun así, muchas personas mayores que nunca se han metido un dedo en el ojo y siempre han visto el mundo a través de la pantalla de sus gafas pueden creer que es demasiado tarde para cambiar un hábito de toda la vida. Como en todos los casos, son ellas o sus cuidadores quienes deben acudir a un profesional de la visión para decidir si usar lentillas es buena idea o no.
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