Lentes De Contacto
¿Es buena idea usar lentillas (rígidas) permeables al gas?
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Es una buena pregunta. En un mundo de lentillas blandas, ¿por qué iba a escoger alguien una (más) rígida? Sigue leyendo y descubrirás la respuesta…
Cuando las lentillas modernas empezaron a ser una idea viable, se fabricaban con PMMA, un plástico duro también conocido como vidrio acrílico. Estas lentillas corregían la visión, pero no permitían el paso de oxígeno. Simplemente se asentaban en la córnea. Solo su movimiento al parpadear dejaba pasar oxígeno bajo la lentilla.
En la década de 1970, estas lentillas pasaron a ser rígidas permeables al gas. Cabe decir que el nombre no hace justicia al nuevo horizonte de visión que despejaron. Aquellas lentillas sí permitían que el ojo se oxigenara, lo cual las hacía más cómodas y seguras de llevar, y durante más tiempo.
Aun así, el material con el que estaban fabricadas era rígido y a menudo resultaban incómodas los primeros días o semanas de utilizarlas (hasta que uno se acostumbraba a la nueva sensación) y estaban a años luz del sofisticado mundo de comodidad inmediata del que disfrutamos en la actualidad.
Desde entonces, muchas personas han disfrutado de una nueva era de lentillas blandas de hidrogel o de hidrogel de silicona, que pueden llevar durante todo el día y desechar cada día, en el caso de las lentillas de reemplazo mensual limpiar, desinfectar y guardar por la noche durante un máximo de 30 días.
Pero, si existen tantas opciones de lentillas blandas y agradables al ojo, ¿por qué iba a querer nadie seguir utilizando lentillas duras?
La respuesta es que esta tecnología también ha avanzado.
Las actuales lentillas permeables al gas se fabrican con acrilatos de fluorosilicona y también incorporan silicona para llevar más oxígeno a la córnea. Y pese a que sigue hablándose de «lentillas rígidas» o «lentillas duras», hoy en día son bastante flexibles. Eso convierte las lentillas rígidas permeables al gas en una alternativa real y válida a las lentillas blandas para los usuarios de lentillas. Además, existen algunos defectos oculares en los que solo las lentillas permeables al gas ofrecen una visión satisfactoria (mejor que ningunas gafas).
Las lentillas rígidas son más pequeñas que las blandas (pero más grandes que sus precursoras de PMMA). Lo normal es que cubran como mínimo el 75 por ciento de la córnea. Eso hace que sean cómodas de llevar, porque se adaptan de manera segura al ojo. Al ser más rígidas que flexibles, también son algo más fáciles de manipular y colocar en el ojo.
Sin embargo, como no sulene caber bajo los párpados como las lentillas blandas, pueden notarse al pestañear, sobre todo al principio, cuando uno se está acostumbrando a usarlas. Además, ese movimiento puede permitir que entren partículas de polvo o de maquillaje, entre otras, bajo la lentilla. Y eso puede provocar ojos llorosos, porque se saltan las lágrimas para limpiar la suciedad. Es asombroso lo que el cuerpo puede hacer para mantenernos en buena forma... sin que ni siquiera seamos conscientes de ello.
Las lentillas duras flotan sobre una capa de lágrimas por encima del párpado inferior. Se mueven libremente por el ojo al mirar arriba, abajo, a izquierda y a derecha. Este movimiento propicia la circulación de lágrimas lubricantes y mantiene los ojos oxigenados. El inconveniente es que puedes notar que la lentilla se mueve, y se tarda un cierto tiempo en acostumbrarse a ello.
Las lentillas rígidas (permeables al gas) pueden tener un diseño personalizado.
Tu profesional de la visión medirá la forma exacta de tus córneas para asegurarse de que te proporcionen unas lentillas con una curvatura, tamaño y graduación específicos (y perfectos) para tus ojos. Esta adaptación personalizada puede garantizar la máxima comodidad y una corrección de la visión óptima.
Tal como ya hemos indicado, la mayoría de las lentillas permeables al gas incorporan silicona (el ingrediente que también se utiliza en las lentillas blandas de hidrogel de silicona), lo que las hace mucho más flexibles que las antiguas lentillas de PMMA. Puesto que la silicona es permeable al oxígeno, permite que este elemento vital «respire» a través de la lente. Los usuarios también pueden beneficiarse de las nuevas tecnologías de lentillas, concebidas para mantener el ojo lubricado.
Aunque las lentillas blandas son excelentes para corregir la visión, las lentillas (rígidas) permeables al gas alumbran el camino en materia de nitidez y claridad de visión (siempre que se limpien convenientemente). Esto es así porque conservan su forma, aunque no parpadees tanto. Cuando una lentilla blanda se seca, el contraste y la visión se ven afectados. En cambio, las lentillas rígidas no se desgastan como una lente de contacto blanda (aunque sí pueden agrietarse si las aprietas). Son fáciles de ver en el dedo, de manipular y de colocártelas en el ojo.
Y aunque tras el uso hay que limpiarlas y desinfectarlas con una solución para lentillas, son más duraderas y pueden conservarse durante mucho más tiempo que unas lentillas blandas. Pese a ello, la mayoría de los profesionales de la visión y fabricantes de productos ópticos recomiendan cambiárselas cada año.
Buena pregunta. Uno de ellos es que se tarda más tiempo en acostumbrarse a usarlas. La mayoría de las personas que se prueban una lente de contacto blanda se la colocan en el ojo y se olvidan al instante de que la llevan puesta. El único cambio apreciable es que se ve mejor. En cambio, con las lentillas permeables al gas, el ojo nota un intruso bastante más molesto (que además puede resultar irritante), por mucho que te deleites con el regalo de poder disfrutar de una visión excelente.
Se suelen tardar semanas, incluso un mes, en acostumbrarse a ellas, así que, si utilizas lentillas esporádicamente, es poco probable que alcances la máxima comodidad con unas lentillas permeables al gas.
Y a esta incomodidad puede sumarse la manera de comportarse de una lentilla permeable al gas. Al moverse cada vez que parpadeas, pueden penetrar partículas de polvo y suciedad bajo la lentilla y producirte pequeños arañazos en la córnea o irritarte los ojos. Y ya hemos hablado de que, al tener un diámetro más pequeño, a veces se notan los bordes de las lentillas al mover los ojos.
Al ser más pequeñas que unas lentillas blandas, existe un riesgo algo mayor de que una lente rígida te salte del ojo al practicar deportes y actividades al aire libre. Pero rara vez ocurre; de hecho es mucho menos probable que suceda que antaño, cuando las lentillas rígidas eran célebres por lanzarse en busca de su libertad tras el menor impacto.
Al poder estar hechas a medida, las lentillas permeables al gas suelen ser más caras, y el hecho de que duren más obliga a tratarlas con más cuidado. De ahí que sea necesario adoptar una rutina nocturna metódica de limpiar y aclarar las lentillas y luego dejarlas desinfectándose en un estuche con solución para lentillas durante la noche, o mientras no se utilizan.
Si eres una persona paciente, preparada para adaptarte y lista para seguir un régimen de mantenimiento escrupuloso, los muchos puntos positivos de las lentillas permeables al gas hacen que merezca la pena acostumbrarse a ellas. Para muchas personas, son las lentillas ideales.
Puede ser el caso, por ejemplo, de las personas con una alta graduación de astigmatismo, porque las lentillas permeables al gas corrigen este defecto de manera más eficaz que una lentilla blanda.
Además, las lentillas permeables al gas también pueden ser la mejor opción si tu ojo presenta irregularidades como queratocono, distorsión tras un traumatismo o una córnea con una forma extraña. En algunos de estos casos puede ser necesario usar lentillas esclerales, lentillas rígidas de gran diámetro que cubren toda la superficie de la córnea y descansan en el blanco del ojo (la esclera). Hay también lentillas rígidas de diseño especial que pueden llevarse por la noche y que poco a poco, sin que se note y de manera inteligente, van modificando la forma de la córnea. Estas lentillas orto K ayudan a corregir la miopía y otros defectos oculares.
Tecnológicamente, las lentillas rígidas permeables a los gases están muy por delante de las viejas lentillas duras. Han evolucionado tanto que incluso existe una opción híbrida, con un centro permeable a los gases (rígido) rodeado por una «falda» exterior de hidrogel o de hidrogel de silicona.
Así que, una vez más, todo esto nos conduce a dos sencillas afirmaciones. La primera es que en el mercado hay varias opciones disponibles. Y la segunda es que eres tú quien decide cuál es la mejor para ti. ¡Tú eliges! Habla con tu profesional de la visión para que te recomiende la lentilla más adecuada para ti.
LENTILLAS DIARIAS
Las lentillas desechables diarias son lentillas de un solo uso y para un solo día. No necesitan mantenimiento, así que son especialmente cómodas si estás siempre en movimiento.
LENTILLAS MENSUALES
Las lentillas de reemplazo mensual son reutilizables. Después de un mes, puedes desecharlas y reemplazarlas por un par nuevo.
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Consulte a su profesional de la visión para obtener la lista completa de indicaciones, contraindicaciones y precauciones. Alcon y los logos de Alcon son marcas comerciales de Alcon.
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